Piernas y Bandoneon
Si todo proyecto nace como respuesta a algo, este que te muestro no podía ser menos. A través de las ciudades donde viví entre 2003 y 2017, Montevideo, Buenos Aires y Tokio, traté de contestar a una demanda interna, a una historia cuyo relato requiere, si acaso, otro espacio.
Se titula Piernas y Bandoneón. Un título algo extraño, surrealista incluso, para fotografiar bailarinas junto al instrumento que se ha convertido en ícono del tango: el bandoneón.
Japón y América Latina se dan cita aquí. Fue el País del Sol Naciente el que imprimió un vigoroso cambio de dirección en mi destino, hasta tal punto, que abandoné las imágenes de bailarines de tango en poses sobreactuadas, en clubes de tango, las fotografías de músicos con sus instrumentos.
Abandoné el tópico.
Unas piernas japonesas y Daidō Moriyama tuvieron la «culpa».
Si bien el proyecto consta de diferentes series, las piernas y el bandoneón son una constante que le otorga coherencia. Tanto es así que, en el Río de la Plata, las surrealistas imágenes desprenden nostalgia impregnada de un fuerte toque de sensualidad.
En Tokio, por el contrario, la nostalgia da paso a un cierto fetichismo. Sucede cuando la sensualidad y lo surreal afloran vinculadas al sentir de la cultura japonesa. A través de una aproximación en apariencia lúdica, se muestra una visión de asombro por el otro como algo exótico.
En tanto que extranjero que vive en Japón, soy muy sensible a ese exotismo de ida y vuelta que se manifiesta entre Occidente y Oriente. Piernas y Bandoneón me ha permitido explorar esa compleja y controvertida relación de manera genuina a través del tango.